Por Alexia Rendon
La obesidad mórbida es uno de los problemas de salud pública más serios del siglo XXI. No solo afecta la calidad de vida de los pacientes, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades graves como diabetes tipo 2, hipertensión, apnea del sueño, enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer. Ante esta situación, la búsqueda de alternativas eficaces y seguras para el control del peso ha impulsado el desarrollo de estrategias innovadoras. Entre ellas, el balón intragástrico se ha consolidado como una opción de tratamiento endoscópico mínimamente invasiva, especialmente útil en pacientes con obesidad mórbida que buscan perder peso de manera significativa y mejorar su salud.
¿Qué es el balón intragástrico?
El balón intragástrico es un dispositivo de silicona blanda que se coloca en el estómago mediante un procedimiento endoscópico ambulatorio. Una vez dentro, se llena con solución salina o gas, ocupando parte de la cavidad gástrica. Su función principal es reducir la capacidad del estómago y generar una sensación temprana de saciedad, lo que ayuda al paciente a ingerir menores cantidades de alimento.
A diferencia de la cirugía bariátrica, este tratamiento no implica cortes, suturas ni modificaciones permanentes del aparato digestivo. Por ello, es considerado una alternativa segura y temporal, con un perfil de riesgo mucho más bajo.
¿Cómo se coloca y retira el balón intragástrico?
El procedimiento se realiza en un entorno endoscópico bajo sedación ligera o anestesia. Mediante un endoscopio flexible, el balón se introduce desinflado a través de la boca y se coloca cuidadosamente en el estómago. Una vez posicionado, se llena con solución salina estéril (generalmente entre 400 y 700 ml) o con gas, dependiendo del tipo de balón utilizado.
La colocación suele durar entre 20 y 30 minutos, y el paciente puede regresar a casa el mismo día. El balón permanece en el estómago entre 6 y 12 meses, periodo en el cual se espera una reducción significativa de peso acompañada de cambios en el estilo de vida.
Posteriormente, el balón se retira mediante otro procedimiento endoscópico, igualmente ambulatorio.
¿Para qué sirve el balón intragástrico?
El balón intragástrico tiene como objetivo principal el control del peso en pacientes con obesidad. Sin embargo, sus beneficios van más allá de la simple pérdida de kilos. Entre sus principales usos y ventajas se encuentran:
Pérdida de peso significativa
Estudios clínicos han demostrado que los pacientes pueden perder entre 15 % y 25 % de su peso corporal total durante el tiempo que tienen el balón colocado. Esto equivale, en promedio, a una reducción de 10 a 25 kilogramos, dependiendo del punto de partida y de la adherencia al programa nutricional.
Tratamiento de la obesidad mórbida
El balón intragástrico es particularmente útil en personas con índice de masa corporal (IMC) superior a 40, quienes presentan mayor riesgo de complicaciones médicas. En estos pacientes, el balón puede ser un tratamiento definitivo o una estrategia temporal antes de someterse a cirugía bariátrica, ya que permite reducir el riesgo quirúrgico al lograr una pérdida inicial de peso.
Reducción de comorbilidades
Al bajar de peso, los pacientes experimentan mejoras significativas en enfermedades asociadas a la obesidad:
- Disminución de la resistencia a la insulina y mejor control de la diabetes tipo 2.
- Reducción de cifras de presión arterial en hipertensos.
- Mejora en la apnea obstructiva del sueño.
- Disminución del riesgo cardiovascular.
- Alivio de dolores articulares asociados al sobrepeso.
Opción no quirúrgica y temporal
Para pacientes que no son candidatos a cirugía bariátrica por razones médicas, o que simplemente no desean una intervención invasiva, el balón intragástrico ofrece una alternativa eficaz y reversible.
Educación y cambio de hábitos
Más allá del efecto físico, el balón intragástrico actúa como un apoyo conductual. Durante los meses en que está colocado, el paciente aprende a modificar sus hábitos alimenticios: porciones más pequeñas, elección de alimentos saludables y mayor consciencia sobre la saciedad.
Tipos de balón intragástrico
Existen diferentes modelos en el mercado, adaptados a las necesidades de cada paciente:
Balón de solución salina: se llena con líquido estéril, generalmente teñido con azul de metileno para detectar fugas.
Balón de gas: más ligero, reduce la sensación de pesadez.
Balón ajustable: permite modificar su volumen después de la colocación para mejorar los resultados.
Balón ingerible: cápsula que se traga y se infla en el estómago sin necesidad de endoscopia para la colocación, aunque sí para su retiro.
Cada tipo tiene ventajas y limitaciones que deben evaluarse junto al equipo médico.
Resultados esperados y evidencia científica
Los resultados varían según el compromiso del paciente con el plan integral de tratamiento (dieta, actividad física y apoyo psicológico). En promedio:
Pérdida de peso: 10 a 25 kg en seis meses.
Mantenimiento a largo plazo: los pacientes que continúan con cambios en el estilo de vida logran conservar entre el 50 y el 70 % del peso perdido.
Impacto metabólico: reducción de hasta un 60 % en la necesidad de medicación para diabetes o hipertensión.
Ensayos clínicos multicéntricos han confirmado que la colocación de balón intragástrico es segura, con bajo riesgo de complicaciones graves.
Riesgos y efectos secundarios
Aunque es un procedimiento seguro, no está exento de efectos adversos. Los más comunes en los primeros días son:
- Náusea y vómito.
- Dolor abdominal leve.
- Reflujo gastroesofágico.
Estos síntomas suelen mejorar en la primera semana con el tratamiento médico adecuado. Entre las complicaciones poco frecuentes se incluyen desinflado prematuro, migración del balón y úlceras gástricas.
¿Quiénes son candidatos?
El balón intragástrico está indicado principalmente en:
- Pacientes con IMC mayor de 30 con comorbilidades.
- Pacientes con obesidad mórbida (IMC > 40) que requieren pérdida de peso significativa.
- Personas que no han tenido éxito con dietas, ejercicio o tratamientos farmacológicos.
- Pacientes que necesitan perder peso antes de una cirugía mayor.
No se recomienda en personas con antecedentes de cirugía gástrica, enfermedades gastrointestinales graves, trastornos de la coagulación o mujeres embarazadas.
Comparación con la cirugía bariátrica
El balón intragástrico no sustituye a la cirugía bariátrica, pero puede complementarla. Sus principales diferencias son:
- Menos invasivo: no requiere cortes ni modificaciones permanentes del estómago.
- Temporal: se retira después de 6-12 meses.
- Menor pérdida de peso: la cirugía suele lograr reducciones del 30-40 % del peso corporal, mientras que el balón ofrece 15-25 %.
- Perfil de seguridad superior: menor riesgo de complicaciones y recuperación más rápida.
El papel del acompañamiento multidisciplinario
El éxito del tratamiento no depende solo del balón, sino de un equipo multidisciplinario que incluya médicos, nutricionistas y psicólogos. El balón intragástrico debe entenderse como un catalizador que facilita la pérdida inicial de peso, pero requiere de compromiso del paciente para mantener los resultados a largo plazo.
Perspectivas futuras
El desarrollo de balones ingeribles, ajustables y con sensores inteligentes abre la puerta a una nueva generación de dispositivos cada vez más cómodos, seguros y eficaces. Estos avances permiten pensar en un futuro donde el balón intragástrico no solo sea un recurso terapéutico, sino también una herramienta preventiva frente al aumento de la obesidad a nivel global.
Conclusión
El balón intragástrico es un tratamiento endoscópico efectivo y seguro para pacientes con obesidad mórbida que buscan perder peso y mejorar su salud. Al ocupar espacio en el estómago y favorecer la saciedad, ayuda a los pacientes a modificar su conducta alimentaria y lograr reducciones significativas de peso en un periodo relativamente corto.
Más allá de los números en la báscula, este procedimiento tiene un impacto directo en la reducción de enfermedades asociadas, la mejora en la calidad de vida y la preparación para posibles tratamientos quirúrgicos posteriores.
Aunque no reemplaza a la cirugía bariátrica en todos los casos, se posiciona como una opción valiosa y menos invasiva que puede marcar la diferencia en la vida de los pacientes. La clave de su éxito radica en el acompañamiento médico multidisciplinario y en el compromiso del propio paciente con el cambio de hábitos.
En definitiva, el balón intragástrico representa una tecnología endoscópica del presente y del futuro, destinada a convertirse en un aliado fundamental en la lucha contra la obesidad mórbida.
Referencias:
- Centro Médico Teknon – Balón intragástrico
- Mayo Clinic – Globo intragástrico
- Quirónsalud – Balón gástrico en tratamiento endoscópico de obesidad
- Dr. Murat Üstün – Balón intragástrico endoscópico
- Dr. Rubén Luna – Balón gástrico ingerible vs endoscópico
- Hospital La Zarzuela – Balón intragástrico para perder peso
- Clínicas Obésitas – Tratamiento de obesidad con balón intragástrico
- Unidigestiva – Balón intragástrico